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ASMAHAN MEDINET ofrece su baile a todas aquellas personas que desean dar un toque de distinción a sus eventos sociales, ofreciendo distintas modalidades de show, según el evento. Los espectáculos pueden ser de una bailarina profesional solista (ASMAHAN MEDINET), danza en grupo o combinación de ambas. Más de diez años de experiencia nos avalan. El espectáculo dura entre 10-30 min, pudiendo adaptarse a las necesidades de cada evento.

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31 jul 2008

Hijos de dos culturas

Son jóvenes mediterráneos al 100%, fruto de este “Mare Nostrum”, pero alejados los unos de los otros, hijos de matrimonios mixtos, padres egipcios y madres españolas, es el caso más normal.

Unos residentes en Egipto, otros residentes en España, pero en ambos casos con dos herencias culturales dignas de ser tenidas en cuenta.Con un 50% de descendencia faraónica, mameluca, turca, y otro 50% de descendencia íbera, celta, cartaginesa, romana, árabe y un sinfín de pueblos por uno y otro lado.

Algunos de estos jóvenes no han asimilado, parafraseando a Amín Maalouf, sus señas de identidad, no han sabido entender la importancia de este hecho. Los residentes en Egipto, han aceptado todo lo que les rodea, la lengua, las costumbres, las formas de vida, bien por comodidad; por resultar más fácil; por desenvolverse mejor en un ambiente en el que no haya diferencias, en el que no llames la atención, en el que eres como los demás. Con los residentes en España ocurre lo mismo, sólo el nombre los delata algunas veces y hay quien para evitar esta diferencia, lo españoliza o lo cambia. En ambos casos han asimilado al 100% una cultura que les pertenece solamente al 50% y han dejado de lado, la otra, de la que se tenían que sentir muy orgullosos. No es culpa suya, sino de las familias, probablemente del entorno, pero fundamentalmente de la familia.

La herencia cultural de los padres, debe ser asumida por estos y transmitida por ambos a sus hijos. El conocer dos culturas, hablar dos lenguas es algo muy enriquecedor y estos jóvenes se debían de sentir muy orgullosos de esta ambivalencia, de esta dicotomía cultural que sus padres les ofrecen. Dos culturas que se extendieron por el mundo, que marcaron momentos de esplendor en la historia y que en un momento dado estuvieron muy unidas. Pertenecer a ambas culturas, es un privilegio del que no goza todo el mundo, sino sólo estos jóvenes, hijos de matrimonios mixtos. Es un regalo tener un pasado histórico tan rico por ambas partes; conocer dos lenguas que se pueden hablar en cualquier lugar del mundo, porque allí donde uno vaya se encontrará con una persona que hable árabe o con una que hable español. Y aprender una lengua, no es solamente aprender un sistema de signos con el que te vas a comunicar, sino que es aprender una mentalidad, una forma de vida y una forma de entender el mundo que te rodea. Es pertenecer a una de las tres grandes religiones monoteístas, denominadas las religiones del Libro.

La herencia cultural no se puede dejar de lado, son tus señas de identidad, tus marcas de nacimiento, es lo que te acerca a unos y te diferencia de los otros, frente al resto de los mortales.Cuando estos jóvenes sean mayores sentirán no haber aprendido ambas lenguas, no conocer ambas historias, no saber más que una parte de lo que en realidad les corresponde saber. Y el tener esta herencia, asumirla, aceptarla no impide la integración ni presupone el rechazo. ¿Por qué?Porque hay otro grupo de jóvenes, que sí lo han hecho. Son también hijos de matrimonios mixtos. Matrimonios conscientes de la importancia de su situación y orgullosos de ella; que han podido fomentar la tolerancia; aprobando la asignatura pendiente que les ha hecho tener una mejor comunicación con sus hijos y también una mejor integración de sus hijos, pensando que tienen que ser aceptados en las dos culturas.

Hijos que por suerte, han tenido la oportunidad de conocer los dos mundos, de vivir en ambos, porque sus padres así lo han querido, les han dado un tesoro único y precioso, insustituible, su herencia cultural. Estos, sí han asimilado sus señas de identidad en la proporción adecuada, han vivido en las dos culturas, en los dos mundos, son bilingües y se sienten orgullosos de la mezcla, luchan día a día para que se les comprenda, para que se les admita en ambas culturas, son conscientes de que tanto en un mundo como en otro, son observados, criticados, se espera más de ellos, siempre están en el ojo del huracán, en Egipto les traiciona un ligero acento que los egipcios conocen muy bien, o alguna palabra que se usa en el mundo árabe pero no en Egipto; en España les traiciona ante todo el nombre. Pero estos jóvenes que han sabido aceptar y comprender sus señas de identidad, que se sienten orgullosos de lo que son y de como son, que en España son españoles y en Egipto son egipcios, que aceptan ambas culturas y que han sabido escoger lo mejor de cada una, y que van desarrollando su personalidad poco a poco, con el apoyo de sus familias, son el mejor ejemplo de la convivencia, la tolerancia, la capacidad de adaptación, el orgullo de ser lo que son, el orgullo de aceptar y saber que son transmisores de una herencia que no pueden perder ni olvidar porque sería traicionarse a sí mismos y que saben que esa doble herencia se la deben transmitir a sus hijos porque tienen derecho a ella.

Estos jóvenes son el puente de unión entre las dos culturas y no se les pide nada especial ni que sean de un lado o de otro, sino que sean ellos mismos y coherentes con la herencia recibida.

*Texto de Tribuna Mediterranea

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el texto y estoy de acuerdo con él. Los hijos de matrimonios mixtos son unos privilegiados.

También creo que del contacto entre culturas nacen fusiones muy enriquecedoras.
Caminamos hacia la interculturalidad. Los límites de las fronteras se van desdibujando y encontramos gente de aquí y de allá donde quiera que vamos. Esto nos ofrece la posibilidad de conocer otras creencias, otros valores, otras formas de pensar y de ver el mundo. Y además, podemos "apropiarnos" y hacer nuestro lo que más nos agrade, incorporarlo a nosotros mismos y engrandecernos con ello ¿¡No es genial!?

Un saludito Asmahan!!

Asmahan Medinet® dijo...

Salam Esther! Es bueno saber siempre nuestros origenes y sobre todo cuando se tratan de emigrantes, conocer la historia de esos parientes que un día decidieron dejarlo todo para buscar un futuro mejor. Besos