Contrataciones

ASMAHAN MEDINET ofrece su baile a todas aquellas personas que desean dar un toque de distinción a sus eventos sociales, ofreciendo distintas modalidades de show, según el evento. Los espectáculos pueden ser de una bailarina profesional solista (ASMAHAN MEDINET), danza en grupo o combinación de ambas. Más de diez años de experiencia nos avalan. El espectáculo dura entre 10-30 min, pudiendo adaptarse a las necesidades de cada evento.

(Aniversarios, Bodas, Cumpleaños, Fiestas Temáticas, Mercados Medievales, Fiestas Alternativas, Inauguración de Locales, Restaurantes, Reuniones Empresariales, Cenas, Jornadas Culturales, Clases Especiales para Danza Oriental y/o Danza Bollywood para Despedidas de Soltera)

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23 ene 2007

Asmahan en Egipto: Aswan-Abu Simbel

Nos levantamos a la hora acordada (las 4 de la mañana). Cuando bajamos a desayunar dejamos nuestras maletas a la puerta de la habitación, para que nos las bajasen al autobús que nos trasladaría al aeropuerto. En ese momento nos juntamos con cuatro parejas más.En total eramos un grupo de 13 personas.

Después de comprobar que todo el mundo tenía su equipaje, nos pusimos en marcha. Aún estaba todo en oscuridad, pero la vida en El Cairo es continua.Pasamos por delante de la estatua de Ramsés II, esa que en agosto del año pasado (2o06)fue sustituida por una réplica, para que el original descansase en el Museo de El Cairo, lejos de la contaminación.

En el aeropuerto esperamos poco. En seguida embarcamos. Durante el trayecto, nos dieron otro tentempié...pero esto de madrugar hizo mella y cuando me quise dar cuenta...me había quedado dormida. Así que cuando el avión aterrizó en Aswan, me desperté bruscamente notando como los oídos me estallaban y con una sensación de mareo muy fuerte. Me empezaron a dar náuseas...por lo que Inma me dio unos chicles para que a base de mascar, se me fuese la sensación de taponamiento en los oídos. Mi única preocupación en esos momentos era saber si cogeríamos el otro avión pronto,(el que nos llevaría a Abu Simbel)porque si era así...las nauseas se podían convertir en algo más.Pero tuve suerte. Entre vuelo y vuelo, había 2 horas y en este tiempo tenían previsto enseñarnos el Obelisco Inacabado y la Presa de Aswan.

Mientras íbamos al Obelisco, pudimos admirar la belleza de Aswan. Me acordé mucho de mi amiga Olga, puesto que ella siempre me ha dicho que si un día se va a vivir a Egipto, elegiría esta ciudad para hacerlo y después de verla por mis propios ojos...le doy la razón. Todo está nuevo e impecable, da la sensación de que es una zona residencial con sus zonas verdes, sus colegios, sus casitas. En Aswan viven los nubios y muchos egipcios eligen esta zona para pasar las vacaciones de navidad, por su buen clima.

Justo antes de llegar a la cantera que contiene el Obelisco, pudimos admirar un cementerio Fatemí (con sus tumbas abobedadas asemejando pequeños palacios) y más allá, a lo lejos pudimos ver el Mausoleo del Aga Khan.

Museo Fatemí (visto desde la cantera)

Como eran las primeras horas del día aún no hacía mucho calor, pero Mohammed atento siempre, nos buscó en seguida una sombra mientras nos daba las oportunas explicaciones. Me gustó descubrir pinturas y marcas hechas por los obreros de la cantera (otra cosa que no había visto en los libros). El Obelisco es una maravilla y es enorme. Mucha gente se queja de subir a la cantera, para solo ver "eso", pero yo opino que merece la pena. Tan sólo por pensar cómo se las ingeniaban los antiguos egipcios (en este caso también nubios) para trabajar en esas condiciones de calor extremas.




Obelisco inacabado

Mohammed explicándonos lo que pesa una "pelotita" de granito


Volvimos al autobús para dirigirnos esta vez a ver la Presa de Aswan. Sólo se puede visitar una zona muy pequeña de la gran presa (único sitio dónde te dejan filmar y hacer fotos)lo demás hay que hacerlo en autobús.

La Presa está custodiada día y noche para prevenir posibles atentados. Si la Presa estallase, acabaría con todo el Valle del Nilo en pocos minutos. Para que os hagáis una idea, la Presa almacena el agua equivalente a 3 años . El lago artificialmente creado por esta construcción se llama Lago Nasser y es en honor al presidente egipcio que tomó el reto de construirla para poder controlar el río Nilo, ya que con el Nilo nunca había termino medio... o había inundaciones o había sequía y estos dos hechos afectaban a las plantaciones de los campesinos.


Esta gran obra de la ingeniería moderna fue construida entre los egipcios y los rusos (en plena "Guerra Fría" y después de que los ingleses se negasen a colaborar).

Consta de dos partes: La Presa Baja (con una carretera muy extrecha) y la Presa Alta (en esta parte existe una monumento egipcio-soviético a la Amistad). En la zona de la Presa Alta y bajo la atenta mirada de los militares nos bajamos para filmar y hacer unas fotos. Nosotros optamos por hacer sólo fotos, ya que habíamos grabado desde el autobús, mientras Mohammed nos hablaba de la Presa.

Perrito en la Presa


Posando con la Presa al fondo

De nuevo en el autobús nos dirigimos al aeropuerto para coger el avión que nos llevaría hasta Abu Simbel. Ya en el aeropuerto aprovechamos para ir al baño, cómo no, el de señoras con una cola impresionante, así que ni cortas ni perezosas varias de nuestro grupo nos dirigimos al de caballeros. Los egipcios al vernos no entraban (algunos señalaban el muñequito de la puerta para advertirnos que estábamos equivocadas) pero los extranjeros no se cortaban y entraban.

Entramos pronto en la zona de embarque, por lo que pudimos pasear por la tiendas de recuerdos. Antes de embarcar al avión, Mohammed nos aconsejó que cogiésemos algo de comer, para tomarlo en el avión, ya que no ibamos a llegar a tiempo al Hotel para la hora de la comida. Así que el grupo se dirigió a una pizzería que allí había. Las pizzas eran descomunales y la masa muy esponjosa. Así que con una porción cada uno, teníamos de sobra. También nos hicimos con cervezas, aunque nos parecía un poco raro que nos dejasen entrar con ellas...Así fue, que cuando llegamos al control nos tuvimos que beber las botellas de un trago. Nosotros al menos eramos dos para una botella, pero a Paco no le quisieron ayudar ni Inma ni Lucia. Por lo que el pobre se la tomó como pudo, mientras decía que bebersela así no le producía ningún placer. Lo que nos reimos, porque tanto los guardias como el conductor del autobús (que nos esperaba para llevarnos al avión) no le quitaban ojo para ver hasta dónde era capaz de tomar.

Decidimos tomar las porciones cuando el avión estuviese estabilizado...pero eso no ocurrió. Simplemente porque entre Aswan y Abu Simbel no llegaba ni a 20 min. Así que cuando vimos que la tripulación nos iban a dar zumos, sin aún estar el aparato en posición horizontal (las pobres tirando del carrito de las bebidas como podían)...sacamos nuestras super-porciones y nos pusimos a comer con tanta ansia, que las azafatas se echaron a reir. Cómo quien dice, aterrizamos dándole al carrillo. Pero una de las cosas que más me hizo ilusión fue ver los templos de Abu Simbel desde el avión...parecían figuras de arena, más que de piedra. Sin palabras!.

Aeropuerto de Abu Simbel

El aeropuerto de Abu Simbel, como podéis observar en la foto es muy cuco. Pequeñito pero resultón. La manera de poner las maletas en la cinta transportadora es muy graciosa. Primero un operario asoma la cabeza, que hay gente...empezamos a meter maletas...si no, esperámos. En cuanto empiezan a poner las maletas suena una sirena, que debido a lo pequeño del recinto se hace un poco insoportable, pero fue muy simpático.

Una anécdota: Al ir a embarcar hacia Abu Simbel, a un chico de nuestro grupo le quitaron unas tijeras de manicura que llevaba por descuido en el equipaje de mano. No habíamos llegado aún a la sala dónde teníamos que esperar las maletas cuando llegó el comandante del avión para devolverle personalmente, las tijeras. Todo un detalle!

A las afueras del aeropuerto nos esperaba otro autobús para trasladarnos al Hotel Seti I Abu Simbel. En la recepción de dicho Hotel, nos recibieron con karkadé (la bebida de flor de ibisco) y nos distribuyeron las habitaciones. Mohammed, nos dijo que desde ese momento, hasta las 5 y media de la tarde (que nos reuníamos para ir a ver los Templos) podíamos hacer lo que quisieramos. Así que lo primero fue llevar las maletas a las habitaciones. Las habitaciones eran en realidad bungalows, dispuestos alrededor de un patio, que tenía una enorme piscina y varios bares alrededor. El Nilo y el desierto, nuestro paisaje.


Habitación del Hotel Seti I Abu Simbel


Porche de nuestro bungalow

Quedamos con varios del grupo en tomarnos un baño en la piscina y después una siesta. Pero nosotros lo hicimos al revés y es que no pudimos resistirnos a los cantos de sirena de la cama... antes de que nos diésemos cuenta, Antonio y yo estábamos a pierna suelta. Así que cuando nos despertamos. Teníamos el tiempo suficiente para darnos un chapuzón y vestirnos para la visita. El baño fue rápido, porque el agua de la piscina...parecía caldo...pero no es de extrañar porque el sur fue dónde más calor nos hizo. Pero más que calor era también humedad y condensación, el aire brillaba por su ausencia...lo que hacía que diera sensación de mucho más calor que lo que había en realidad.


Llaves-Cartucho del Hotel Seti I


En la piscina y cegada por el sol


Una ducha rápida y ya estabamos en el autobús rumbo a los templos de Abu Simbel. Cuando llegamos, había muchos grupos dispersos por el recinto. Mohammed nos dijo que nos iba a dar las explicaciones y después, ya nos dejaba a nuestro aire para ver los monumentos, hacer fotos...etc. Cómo bien dijo un miembro del grupo, el sol allí no te abrasa...directamente te mata. Pero pudimos coger un buen sitio con sombra. Mientras Mohammed hablaba, los grupos iban desapareciendo...sólo unos privilegiados (los que hacíamos noche), podíamos quedarnos hasta la puesta de sol y ver el espectáculo de Luz y Sonido.

Los templos me impresionaron aún más que las Pirámides de Gizeh. Porque el conjunto, debido a la construcción de la Presa de Aswan (junto a otros muchos templos) hubo de ser trasladado piedra a piedra a un lugar cercano y más alto para evitar que desapareciese en el Nilo. Fue una labor internacional (España se llevó como regalo por cooperar el Templo de Debod que se expone en el Parque del Oeste -Madrid-) y duró desde principio de los años 70 a finales de los 80...Porque a parte de armar los templos tuvieron que hacer una "montaña falsa" dónde albergase de nuevo los templos.


Posando con el templo de Ramsés II al fondo


Al terminar la explicación, Mohammed nos comentó que estaría en el bar que está al otro lado de la montaña dónde se asientan los monumentos, mientras hacíamos fotos. Bajaría un poco antes del espectáculo para decirnos que sitios eran los mejores para contemplarlo. Ya estaba anocheciendo.

Cuando se fue nuestro guía, ya sólo quedabamos dos grupos de españoles y uno de ingleses (que eramos los que contemplaríamos el espectáculo). Cómo eramos mayoría de españoles, el espectáculo sería en español.

Así que aprovechamos los últimos momentos de luz, para filmar y hacer fotografías. Estás son una muestra de las que hicimos.

Caminando hacia el primer Templo Grande



A los pies de uno de los colosos




A la salida del Templo Grande, con la llave de la vida



Uno de los cuatro colosos de Ramsés II




Panorámica del Templo Pequeño o de Hator


Templo de Hator (dedicado a Nefertary)


Una más...aunque mis hermanas me sacan la cabeza...

Cuando el sol comenzó a ponerse, nos sentamos en unos bancos de piedra frente a los templos y cerca de las butacas dónde se realizaría el espectáculo. Fueron unos momentos muy bonitos, hablamos de todo y de nada en particular. Observamos como el sol se iba escondiendo poco a poco y cómo los guardianes cerraban los templos y rezaban a Dios.

Cuando se hizo completamente de noche, llegó Mohammed. Que nos dio las entradas y nos dijo dónde sentarnos para no perdernos una parte muy importante del espectáculo que revelaré más tarde. Estuvo con nosotros hasta que el espectáculo iba a comenzar y se volvió a ir, porque evidentemente conocía el espectáculo de memoria, aunque nos dijo que aún así, era el que más le gustaba de todos los que se hacían el Egipto. Y tenía toda la razón!.

Es un poco difícil explicarlo con palabaras, porque hay que vivirlo para saber lo que se siente. Hacen tal composición con las luces, que se hace una recreación de cómo debieron ser los templos cuando se construyeron, con sus pinturas. Hasta uno de los colosos de Ramsés, vuelve a tener cabeza!. Es una sensación extraña, las estatutas del Templo de Hator parecen que en cualquier momento van a comenzar a caminar.... La música está compuesta por españoles y es una mezcla entre el Bolero de Ravel y la banda sonora de Gladiator. Preciosa!.

El viento, es el que narra la vida y las hazañas de Ramsés II, la construcción de los templos ... Hasta hacen la recreación de la caida de la cabeza del coloso de Ramsés (debido a un terremoto) y del fenómeno que cada año se produce durante los equinocios de otoño y primavera...dónde el sol penetra en el santuario de Ramsés II dónde están las estatuas del dios Path, Amón, el propio Ramsés y el dios Ra-Horacthes. El sol alumbra por unos segundos a estas estatuas menos a Path, que sigue en la oscuridad....y todo esto con luces, porque en realidad la puerta del templo está cerrada...pero durante unos segundos y debido al efecto óptico, podemos ver las estatuas. Gracias a nuestro guía estuvimos en los mejores sitios y lo pudimos ver de maravilla.

Ni que decir, que fue durante los momentos del espectáculo cuando me di cuenta de dónde estaba y empecé a llorar...de alegría...No podía parar y acabé contagiando a Inma...
Fue una de las mejores cosas que he visto en mi vida.

El Templo Grande después del espectáculo.


Una imagen vale más que mil palabras....aún se nota la emoción en mi rostro


Nos encontramos con Mohammed a la salida del Templo, que nos preguntó si nos había gustado. Todos contestamos que si y que había tenido un detalle al decirnos dónde sentarnos para ver el "fenómeno del equinocio".

En ese momento llegaba un grupo de Japoneses para ver la segunda sesión del espectáculo. En cuanto llegamos al Hotel fuimos directos al comedor. La cena era tipo buffet, de muy buena calidad pero internacional . Fue una cena muy divertida, porque los camareros en seguida nos abordaron con bromas y juegos de adivinanza.

Cuando terminamos de cenar, nos fuimos junto con la familia Sansano a un bar que quedaba al lado de la piscina (dónde en esos momentos estaban poniendo música española a todo volumen) para tomar una copa y una shisha antes de retirarnos a dormir...Casi no la acabamos, por el cansancio que arrastrábamos.

Una shisha antes de irnos a dormir

Menuda flauta!

En seguida nos despedimos, pues al día siguiente había que coger de nuevo el avión para volver a Aswan. Ni que decir que dormimos como unos angelitos....


Hotel SETI I ABU SIMBEL:

Es un Hotel de batalla y para una sola noche.
Las habitaciones y el baño no están mal.
El aire acondicionado funciona.
Sin televisión.
Con minibar, pero vacio y desenchufado.

Tanto las comidas como los desayunos son tipo buffet.

El personal es muy amable y atento.

A TENER EN CUENTA:

Desde que el gobierno egipcio se dio cuenta de que la visita masiva de los turistas a los monumentos egipcios, acababan en costosas restauraciones...han prohibido tanto filmar como hacer fotos en los interiores. Esto es aplicable en: Museos, Templos y Pirámides.

Por favor, respectad esto si queremos que estas maravillas aún sigan en pie.

Si queréis grabar un poco del interior de los Templos de Abu Simbel podéis hacerlo desde fuera y utilizando el zoom de la cámara. Si os pillan haciendo fotos o grabando en los interiores, el guardia de turno os puede requisar el material y después tendréis que pagar una buena propina si queréis que os lo devuelva.

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