"Por parte de mi madre tengo sangre andaluza; quizá era ella la que me empujaba, o quizás fuese la mía propia anticipándose: la sangre sabe mucho más de lo que creemos, pero sólo en contadas ocasiones nos dejamos llevar por los impulsos".
"Yo notaba algo decisivamente fraternal en aquel viaje. Cómo si los árabes andaluces murmuraran dentro de mis venas incomprensibles oraciones. Nada muere del todo; el olvido no existe. Creí entonces, y hoy lo sigo creyéndo, que estamos hechos de lo que en apariencia olvidamos...Antes de acostarme me miraba en el espejo del baño de los hoteles, y me interrogaba: ¿de dónde vienen estos ojos oscuros, este pliegue tan singular de los párpados, esta boca tan voraz, este pelo negrísimo, este furor por seguir viva a pesar de los pesares?"
"Yo sentía un extraño tirón que me atraía y vinculaba a aquellos seres de ojos profundos y brillantes y de gruesas pestañas; a aquellas mujeres colosales..."
Estos fragmentos pertenecen al libro de "La Pasión Turca". Muchos de vosotr@s habréis visto la película, pero nada que ver con el libro, el cúal recomiendo leerlo, ya que explica muchas cosas que la película (por falta de tiempo) pasa por alto.
Antes de llegar a Turquia, Desideria viaja por muchos otros lugares: Marruecos, Egipto, Jordania...
Desideria aparece de otra manera, no tan lasciva y si más humana. Con sus miedos y sus temores a enfrentarse a un destino que ya tenía marcado.
Dicen los rumores, que fue una historia cierta de una niña-bien de Madrid.
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