Durante cinco años, el abad Juan había enseñado al novicio todo lo que sabía. Un tiempo después, el novicio regresó de su cueva del desierto, y ambos decidieron tomar té juntos, apreciando la puesta de sol. Juan estaba contento, pero el discípulo parecía triste.
"Hice todo lo que me pediste, y no consigo ser cómo tú. No aprendí nada"
Juan fue a su celda y volvió con una capucha parecida a las que usaban los beduinos.
"Ponte ésto"
"No puedo. Es demasiado pequeño para mí"
"Entonces reduce tu cabeza."
"¡Eso es imposible!"
" Más imposible es querer actuar como yo. Cada sombrero sirve sólo para quien lo compra, cada camino sirve sólo para quién lo recorre"
1 comentario:
Hola Carlos! Gracias por la información. Un libro interesante. No suelo poner publicidad "extra", pero contigo he hecho una excepción.
Aunque el artículo que aquí expongo, no lo veo cómo un consejo para triunfar si no más bien, para que las personas sepan ser ellas mismas, tengan sus propias personalidades y vivan sus propias experiencias...Más que querer ser la copia y vivir la vida de otro. Pues lo único que se consigue es frustación(el pupilo del monje).
El triunfo llega con los años, con el trabajo bien hecho y gracias al apoyo de la gente que te aprecia y sigue tu trabajo. Pues en definitiva, son ellos los que deciden si triunfas o no, en la meta que te has marcado.
Saludos,
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