La Danza Oriental es llamada también la Danza de lo Femenino y lo Sagrado ó Danza de la Fertilidad. Por tanto, durante ésta etapa de la mujer es cuando ésta definición cobra más sentido.
El embarazo, es un buen momento para acercarnos a ésta danza (si es que nunca la hemos practicado) o de continuar (si ya llevamos tiempo practicándola). Madre y bebé serán cómplices de la unión de la música, del compás y del baile. Es un error muy extendido, dejar de hacer ejercicio o de bailar, por el simple hecho de estar embarazadas (entendiéndose siempre, que no hay una complicación previa del embarazo).
Con tomar unas pequeñas precauciones durante los primeros meses (y los últimos) del embarazo podremos seguir disfrutando de ésta maravillosa danza.
Durante el embarazo no hay que abusar de los shimmies, no hay que forzar el movimiento del camello (cuanto más grande y lento mejor) y hay que tener cuidado con aquellas posturas que puedan comprimir el vientre(sobretodo en el calentamiento) . También hay que controlar la temperatura corporal, por lo que la alumna embarazada deberá tener en todo momento una botella de agua a mano. Si se viese muy sofocada, tiene que detenerse en la ejecución del movimiento que esté llevando a cabo, para que su temperatura y su ritmo cardiaco se reduzcan.
Bailar la Danza Oriental durante el embarazo favorece la alineación postural, ayuda a mantener el tono del suelo pélvico, alivia la sobrecarga de la zona lumbar y ayuda a la mujer a sentirse bella y femenina.
Los movimientos de Danza Oriental son un buen complemento a los ejercicios clásicos de Helkens. De hecho, muchos centros de preparación al parto están incluyéndo movimientos de Danza Oriental en sus clases.
El círculo grande de cadera, el twiss, el balanceo, el camello, el ocho horizontal, los círculos de pecho y el circulo africano son movimientos que ayudan al bebé a calmarse, a estar bien colocados a la hora del parto y a oxigenarse.
Últimamente muchas profesionales se animan a salir embarazadas en sus actuaciones, cómo manera de reivindicar la faceta "reproductiva" de ésta danza. Pues no hay que olvidar que en el principio de los tiempos, la Danza Oriental no era vista cómo un espectáculo o forma de seducción, sino que con sus movimientos se ayudaba a la futura madre a paliar los dolores del parto.
Yo aún no he sido madre y lo que aquí he expuesto, es fruto del estudio de artículos de otras bailarinas que han sabido combinar maternidad con Danza Oriental.
Muchas de ellas han estado bailando hasta los 8 meses!!
Así que si estás embarazada, no dejes de experimentar esta bonita experiencia con la vida que está creciendo en tu vientre.
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